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sábado, 28 de febrero de 2009

HUMBERTO ALONSO PREMIO AULA DE PAZ PINTOR DECANO DE LOS ACUARELISTAS ASTURIANOS




Acuarelista nacido en Colunga en 1926 y afincado en Villaviciosa desde los años sesenta. Considerado como uno de los mejores acuarelistas asturianos, es un consumado paisajista que ha plasmado en sus lienzos los más diversos escenarios asturianos, rurales, urbanos, marinos, interiores..., y especialmente la Ría de Villaviciosa, a la que ha señalado como una de sus principales fuentes de inspiración.


A la orilla de la ría de Villaviciosa, una de las protagonistas indiscutibles de la colección, conoció a su mujer, Margarita, en 1946. Quizá ésa sea una de las razones por las que este admirador del inglés Turner ha pintado en tantas ocasiones la que él define como «un poema de luces y colores que se enriquece con las horas y las mareas». La representación de la naturaleza se completa con el Pico Urriellu, el desfiladero de la Hermida y el lago de Ercina. La escultura también ha sido para Humberto Alonso una buena fuente de inspiración. El monumento de Eduardo Úrculo a a José Cardín en el parque Ballina y «La Regenta» han sido cuidadosamente analizadas y plasmadas en las acuarelas del artista asturiano.




Su abuelo, Rufino Alonso, fue quien le introdujo en el dibujo. Este pintor figurativo llegó a trabajar de contable en varias empresas dentro y fuera del territorio nacional, pero su verdadera pasión era el arte de la pintura. Por ello, se vio obligado a hacer cursos por correspondencia y a recibir clases por las noches. En Ginebra alternaba su trabajo como «chef de bureau» con un curso de dibujo en el Service Culturel École-Club Migros y, tras unos años a caballo entre Madrid y Oviedo, pudo por fin instalarse en su añorada Villaviciosa.





De la acuarela dice que fue su «salvación» como pintor, pues tuvo que abandonar la pintura al óleo por las alergias que le producía. Recibía su primer premio en 1956, en la XVIII Exposición provincial de arte. Desde entonces, sus obras han recorrido las más prestigiosas galerías de arte de Gijón, Madrid, México, Suiza y Francia. A lo largo de su dilatada carrera profesional ha retratado a importantes personajes del panorama cultural asturiano y está considerado como uno de los mejores acuarelistas de la región.

En 2001 se le concede el premio “Aula de Paz”, escuela asociada a la “UNESCO” como pintor decano de los acuarelistas asturianos.





En Mayo de 2008 se le tributó un homenaje en Colunga, su pueblo natal, por la Asociación Cultural La Huella, donde se le impuso, por el Sr. Alcalde D. Rogelio Pando, el escudo de plata del ayuntamiento. Presento el acto D. José Antonio Fidalgo, cronista oficial de Colunga.




viernes, 27 de febrero de 2009

AYUNTAMIENTO CANGAS DE ONIS PREMIO AULA DE PAZ DE LAS COMUNIDADES ASTURIANAS


Cangas de Onís es un ayuntamiento en el que se combina la peregrinación a Covadonga con la belleza del lugar, el Parque Nacional de los Picos de Europa. El Santuario de Covadonga, Iglesias como la de Santa Eulalia de Abamia, considerada Monumento Nacional o los grandes palacios repartidos por todo el ayuntamiento nos hacen ver la importancia de esta villa a lo largo de la historia.

No hay duda alguna de que Cangas de Onís ingresa en la Historia en el siglo VIII, a raíz del triunfo de Pelayo y sus tropas sobre la columna expedicionaria árabe mandada por Alkama en la batalla de Covadonga, donde se habían refugiado los rebeldes astures, episodio luego resaltado por las Crónicas y tenido como el origen del Reino de Asturias. Mas la presencia humana en el concejo se remonta al Paleolítico Superior; de ello dan fe, principalmente, los yacimientos prehistóricos de las cuevas de El Buxu y los Azules, ambos declarados Bienes de Interés Cultural. La primera de las cavidades, ubicada cerca del núcleo rural de Cardes (parroquia de Santa María de Cangas de Onís), fue descubierta en 1916. Las excavaciones arqueológicas realizadas —más sistemática la de los años ochenta—, pusieron de manifiesto la importante presencia de la cultura solutrense, con utillaje lítico y óseo, creaciones de arte mobiliar como la curiosa talla de un ave sobre un colmillo de oso, y los grabados y pinturas rupestres de formas geométricas y animales varios. Por su parte, la cueva de los Azules, próxima a la capital municipal, es de los yacimientos más relevantes de la etapa aziliense en el área cantábrica. Entre lo encontrado allí destacan un arpón, de finales de dicha etapa, y un enterramiento, cuya recreación puede contemplarse en el Museo Arqueológico de Asturias (Oviedo). Además de las citadas anteriormente, merecen mención, la cueva de la Güelga (Narciandi) y el yacimiento al aire libre de La Cavada, próximo a Corao.

De época neolítica hay interesantes aportaciones; es el caso de las cuevas de Salamula, Trespando y El Cuélebre, las hachas pulimentadas del valle del Güeña o el muy conocido dolmen de Santa Cruz de Cangas de Onís, formado por cinco grandes bloques de piedra para cuya decoración se recurre a la pintura y el grabado.



La Edad de Bronce ha dejado algunos testimonios interesantes, como el puñal de lengüeta de la cueva de El Cuélebre en Corao, varios hachas, planas y de talón, encontrados en varios lugares: Güeraño, Santianes o Cangas de Onís. Ha quedado confirmada la extracción de cobre, durante este periodo, en la mina El Milagro, perteneciente al concejo de Onís y cercana a la localidad canguesa de Mestas de Con.

En el discurrir histórico del concejo es preciso detenerse en la etapa de la ocupación romana, combatida por cántabros y astures, pueblos separados en tiempos prerromanos por la frontera natural del Sella. Una vez derrotados tan indómitos pobladores, el proceso de romanización se dejó sentir con especial fuerza. De entonces quedan restos de la calzada que atravesaba la Cordillera desde Riaño a Cangas de Onís, construida por los romanos para defender sus intereses en la Península, según C. Fernández Ochoa. La población colonizada, por su parte, nos hizo llegar una gran cantidad de estelas funerarias, correspondientes a las tribus indígenas de vadinienses y orgenomescos. La introducción del cristianismo en estas tierras se presta a controversia, pero parece haberse producido en las últimas centurias de la romanización.

El dominio visigodo, en cambio, tuvo escasa incidencia, aun teniendo en cuenta el descubrimiento de jarritos litúrgicos en la mina El Milagro y Covadonga.

La frágil hegemonía de los invasores árabes (año 711) en Asturias se rompió definitivamente en la batalla de Covadonga del año 722. A partir de entonces se constituye el pequeño Reino de Asturias, con capital en Cangas de Onís, sede de la corte durante medio siglo aproximadamente. Tras Pelayo ocupan el trono, sucesivamente, Favila, hijo de aquél y fundador de la capilla de la Santa Cruz en Cangas de Onís, Alfonso I, Fruela, Aurelio y Silo (774-783), siendo este último quien decide trasladar la capitalidad a Pravia tal vez por motivos estratégicos.




Administrativamente, el territorio actual del concejo formaba parte, según Juan Ignacio Ruiz de la Peña, de la provincia premoriense, extendida a tenor de la documentación de entonces por lo que es actualmente el oriente de Asturias.

El nombre de Kangas aparece ya en un documento del año 946, mientras en el Concilio de 1115, celebrado en Oviedo siendo obispo don Pelayo, figura la firma del representante de Cangas. Otra fecha registrada es la del año 1378 cuando Cangas facultó a Sancho Rodríguez de Teleña para asistir a la reunión mantenida en Oviedo por los concejos enfrentados a la decisión expresada en el testamento de Enrique II (1374) —donde ya figura con el apelativo de Onís— de incorporarlos al señorío de su hijo bastardo, el conde don Alfonso Enríquez, de tal manera que la ampliación del mismo iba a ser notoria. El contencioso originó varias sublevaciones del conde y se saldó con la derrota de éste y el retorno de la mayor parte de sus dominios a la Corona.

Ambrosio de Morales, cronista de Felipe II, enviado por el monarca a León, Asturias y Galicia para inventariar cuanto de valor artístico e histórico encontrase, se desplaza en 1572 a Villanueva, Covadonga, Abamia y Cangas de Onís, distinguiendo en esta última localidad dos partes: la zona baja, llamada el Mercado, verdadera capital del concejo, donde tenían lugar el mercado y varias ferias y se hallaban los principales establecimientos, entre ellos el Ayuntamiento, la capilla de San Pelayo, el hospital de peregrinos o la cárcel. La parte alta, denominada Cangas, se agrupaba alrededor de la iglesia de Santa María.




El concejo comienza en 1594 su asistencia a las reuniones de la Junta General del Principado, siendo normalmente asignada su representatividad a los miembros de las familias más influyentes.

Otra visita, ésta de Jerónimo de Chiriboga en 1613, por encargo de Felipe III, resulta decisiva para el cambio que experimenta Covadonga, con una serie de obras importantes impulsadas por varios abades. En 1777, el incendio devastador de la Cueva despierta el profundo interés de Carlos III por el Real Sitio; ello se traduce en la erección de un nuevo templo y otras mejoras que contribuyen a la revitalización del concejo.

Llega la guerra de Indedependencia y con la noticia de la presencia no deseada de las tropas napoleónicas se produce el levantamiento del pueblo en Cangas de Onís el 27 de mayo de 1808. Una vez canalizada la repulsa, se constituyen los regimientos de Covadonga y de Cangas de Onís, éste último a las órdenes de Salvador Escandón y Antayo. Cangas se constituye en sede de un gobierno militar, al frente del cual estaba el coronel Francisco Cortés Posada. El general francés Bonet y sus hombres se hicieron dueños, en varias ocasiones, del concejo y su capital, utilizando varios edificios y lugares como cuarteles y centros de operaciones. La virulencia de la contienda explica la ruina y el gran número de bajas entre la población civil y los militares de ambas partes.

El trienio constitucional (1820-1823), paréntesis liberal en el absolutista reinado de Fernando VII, permitió a Corao formar Ayuntamiento propio con jurisdicción sobre las parroquias de Abamia, Con, Grazanes, La Riera, Llenín y Villaverde. En 1927, dos cotos, el señorial de Tornín y el abacial de La Riera pasan a formar parte de Cangas de Onís.

La desamortización emprendida por Mendizábal y Madoz tiene aquí honda repercusión, logrando salvarse de la venta los montes públicos, las propiedades próximas al santuario de Covadonga o el inmueble del monasterio e iglesia de Villanueva, otra gran institución religiosa que los monjes fueron obligados a desalojar en 1835.



El concejo se convirtió en escenario destacado de las guerras carlistas. En noviembre de 1822 se produce la detención en la capital municipal de la partida realista formada por Rafael Salvador Escandón. El coronel Arroyo entra por la fuerza en el concejo allá por el año 1834 y consigue reclutar para la causa algunas gentes del lugar. En 1836 le toca el turno al general carlista Gómez, quien ocupa la villa-capital sólo durante tres días ante el acoso al que es sometido por el general Espartero. Ya en la tercera guerra carlista pequeños grupos mandados por Faes y Valdés toman la capital y los pueblos varias veces.

Del auge de Cangas de Onís en la segunda mitad del siglo pasado tienen mucha responsabilidad varios factores, destacando la mejora en las comunicaciones mediante la apertura de las carreteras a Ribadesella, Panes, Covadonga y la del Pontón, o del tranvía de Arriondas a Covadonga, la realización del Camarín y la basílica en Covadonga, una presencia real bastante frecuente, la creación de la Audiencia, o la puesta en marcha de las minas de Buferrera (junto a los lagos). Por esta época, los cangueses, como el resto de los asturianos, buscan hacer las Américas y dejan masivamente su patria chica. Diego Somoano afirma que «Cangas de Onís en este tiempo fortalece su importancia como centro militar, judicial, comercial e intelectual. Es significativo el número de semanarios que se publicarán en la última década del XIX y mitad del XX».

Apenas iniciada la presente centuria, concretamente en 1908, el rey Alfonso XIII otorga a Cangas de Onís el título de ciudad. El concejo comienza a potenciar turísticamente sus múltiples valores. Así, en 1908 se estrena el hotel Pelayo en Covadonga, en 1918 se crea el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, teniendo a Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa, como principal impulsor, mientras que en 1924 se levanta el refugio de Vegarredonda.

Con el advenimiento de la II República, triunfa la Conjunción Republicano-Socialista el 12 de abril de 1931. En noviembre de 1933 gana las elecciones el Bloque Republicano de Centro y el 16 de febrero de 1936, vísperas del Alzamiento del 18 de julio, hace lo propio la Coalición de Derechas. Luego se desata la guerra civil y, tras ésta, se implanta una dictadura, pasando factura ambas durante mucho tiempo al concejo, ahora instalado en la prosperidad.

Conviene, por último, recordar algunos acontecimientos recientes pero ya históricos: el 11 de noviembre de 1978, en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Cangas de Onís se constituyó solemnemente el Consejo Regional del Principado —antecedente de la actual Junta General del Principado—, con la misión de elaborar el Proyecto de Estatuto de Autonomía, sancionado por el rey Juan Carlos I el 30 de diciembre de 1981. En 1989 el actual Papa, Juan Pablo II, visita en olor de multitudes el santuario de Covadonga. En 1995 el Parque Nacional de los Picos de Europa releva al antiguo de la Montaña de Covadonga.




jueves, 26 de febrero de 2009

El Aula de Paz entregó sus premios anuales a 31 escolares de Mieres

Premiados de la XXX Edición del Aula de Paz-Camín de Mieres, ayer, en el Colegio Santo Domingo de Guzmán.

El acto sirvió como clausura a la trigésima edición de estos galardones

Mieres del Camino,
Carmen M. BASTEIRO
El Aula de Paz-Camín de Mieres, escuela asociada a la Unesco, entregó, ayer, sus premios anuales a 31 escolares que cursan estudios de ESO, Primaria e Infantil en el municipio. De esta forma la entidad, clausuraba la XXX Edición de las jornadas por la paz realizadas en los distintos centros educativos del concejo durante este curso. Los galardones se repartieron en las categorías de Príncipe de Asturias, Severo Ochoa, valores, medioambiente, educación artística educación vial, informática, idiomas y deportes.

El acto, que tuvo lugar en el salón de actos del Colegio Santo Domingo de Guzmán, contó con una charla del catedrático de Psicometría de la Universidad de Oviedo José Muñiz Fernández. El coloquio, titulado «Nuevos retos educativos de la Universidad asturiana», informó a los escolares sobre las nuevas posibilidades educativas en la Universidad de Oviedo y la adaptación de los planes de estudio según el plan de Bolonia. A continuación, una representante de la ONG «Jóvenes del tercer mundo» presentó a los asistentes una nueva iniciativa virtual que consiste en mostrar, mediante juegos y actividades en una página web, las ventajas y posibilidades de convertirse en voluntario de la organización.

Los premios educativos Aula de Paz-Camín de Mieres cuentan con la colaboración de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Mieres, la Consejería de Educación y las escuelas asociadas a Unesco. Además, el Colegio Santo Domingo de Guzmán ofrece el local cada año para la entrega de galardones.

TRAS LA PUERTA

En la playa del aprendizaje las arenas del esfuerzo son la mejor educacion...




miércoles, 25 de febrero de 2009

ENTIDAD PORTUARIA DE GIJON PREMIO AL DESARROLLO INDUSTRIAL DE ASTURIAS 2009




La construcción del puerto de El Musel es fruto del impulso industrializador desarrollado a partir del segundo cuarto del siglo XIX en Asturias, basado en la siderurgia y esencialmente en la explotación de la hulla en las cuencas centrales de la región. Estas dos actividades industriales se potenciarían desde sus inicios de la mano de banqueros y técnicos nacionales y fundamentalmente extranjeros. Nombres como Alejandro Aguado, Pedro Duro Benito, Policarpo Herrero Vázquez, José Tartiere Lenegre, Luis Belaunde Costa, Numa Guihou, Adriane Paillette, Guillermo Schulz, Luis Adaro Magro, Jerónimo Ibrán Mulá, Isidoro Clausel de Coussergues, son algunas de las personas más representativas de un amplio grupo de industriales y técnicos, verdaderos artífices de la industrialización asturiana. La implantación de estas industrias a su vez impulsaría el progreso del comercio, el crecimiento de los principales centros urbanos y la adaptación de nuevas vías de comunicación por medio de carreteras, ferrocarriles y puertos, introduciendo en la región un sistema de producción capitalista frente a la economía agraria tradicional.

Desde los años cuarenta del siglo XIX el desarrollo minero-industrial pondría de manifiesto tanto el deficiente estado de caminos y carreteras como la insuficiencia de las instalaciones portuarias asturianas. La accidentada orografía regional dificultaba la comunicación con la Meseta, tanto por carretera como por ferrocarril (hasta 1884 no entraría en servicio la línea Gijón-Oviedo-León por el puerto de Pajares), siendo la vía marítima la única capacitada para dar salida con garantía a los nuevos productos industriales, planteándose por ello la necesidad de un gran puerto comercial en la zona central debido a la proximidad de las minas y fábricas. En aquel entonces, el puerto de Gijón consistía en una pequeña dársena que se quedaba en seco en las bajamares, totalmente insuficiente para atender las demandas de la nueva situación económica. Se sucederían entonces varios proyectos de reforma y ampliación, como los presentados por el ingeniero francés Eugene Flachat (1848-1850), o el de José Elduayen, (aprobado en 1853), ingeniero que había proyectado el Ferrocarril de Langreo, que a partir de 1857 conduciría la producción carbonera de la cuenca del Nalón hasta los muelles locales de Gijón, completando la comunicación entre Sama y Gijón iniciada con la construcción de la carretera carbonera entre 1838 y 1842. Otro de los proyectos redactados sería el realizado por Pedro Antonio de Mesa en 1856, del que se llegaría a ejecutar la parte correspondiente al dique exterior de Santa Catalina o de Lequerica, concluido en 1864, con lo que se permitió a los buques estar al abrigo de los temporales mientras esperaban turno para cargar las mercancías. Todavía en las décadas finales del siglo se aprobaban los proyectos de ensanche de los muelles del Bombé (hoy calle Claudio Alvargonzález) y Santa Catalina, que tras continuos retrasos no se llegarían a ejecutar hasta los primeros años del nuevo siglo.








La creciente demanda de infraestructuras portuarias y la falta de medios de los organismos públicos propiciarían la intervención de la iniciativa privada en la ampliación, construcción y explotación del puerto Local de Gijón. Así en 1870 se otorgaba a Anselmo Cifuentes la concesión para construir el muelle Victoria o muellín(donde se ubica el edificio de la antigua rula), y en 1879 se constituía la Sociedad del Fomento de Gijón que llevaría a cabo la construcción y explotación de los muelles y dársenas de su nombre. Por otro lado, el incremento de los tráficos y flotas carboneros supondría también el establecimiento de talleres de reparación y construcción naval, con la instalación en 1888 en la playa del Natahoyo del primer astillero industrial gijonés, el dique seco de la sociedad Cifuentes, Stoldtz y Cía. donde hoy se ubica Naval Gijón.

Toda esa intensa actividad vino a constatar y poner de manifiesto la urgencia de habilitar mayores instalaciones que permitiesen unos muelles y unas áreas de servicio acordes al intenso tráfico portuario existente. Las carencias, dejaban así la puerta abierta a nuevas alternativas o soluciones.






Trazando el futuro del Puerto de Gijón

Los puertos comerciales son instrumentos claves para el desarrollo de la economía productiva de un área y elemento estratégico de la cadena logística. La competitividad empresarial depende, cada vez más, de unos puertos eficaces, bien integrados, que permitan a las compañías abordar con éxito los retos y las oportunidades de una economía globalizada, empujada a la necesaria captación de mercados internacionales, a la continua rebaja de costes y a la mejora de la calidad.

En este marco, el Puerto de Gijón -líder nacional en movimiento de graneles sólidos- ha vivido en los últimos años una profunda renovación, liderando la adopción de los más modernos sistemas de planificación y gestión estratégica del Sistema Portuario Español. Los citados modelos, unidos a las obras en marcha en El Musel -que duplicarán la superficie del puerto industrial y energético de Asturias- permiten que afrontemos las próximas décadas con retos apasionantes.

El Puerto de Gijón ampliado reforzará su papel de pieza clave del desarrollo económico e industrial de la región, tanto por su dimensión como por la creación de nuevas terminales y la captación de tráficos, que suponen una oportunidad de negocio para los empresarios de Asturias y de su hinterland.

El Puerto de Gijón promovoerá con la Ampliación su posicionamiento como gran puerto del noroeste peninsular. Nuestra centralidad en la cornisa Cantábrica, en la zona sur del Arco Atlántico, unida al nuevo dimensionamiento de El Musel nos convierten en una clara oportunidad de negocio para el empresariado que realice o estudie realizar movimientos import-export de cualquier mercancía.





Además, el futuro de El Musel no termina en nuestras fronteras regionales. El Puerto de Gijón está llamado a ampliar su vinculación con el hinterland y, en particular, como salida natural de numerosas empresas de Castilla y León. Todo ello en un marco de colaboración institucional, que evidencia el acuerdo formalizado con la Junta de Castilla y León para el desarrollo de su red logística (CyLOG), así como los convenios de colaboración suscritos con las Cámaras de Comercio de León, Zamora y Valladolid.




El Puerto de Gijón está conectado con los principales puertos de los cinco continentes. La apertura y consolidación de cinco líneas regulares de contenedores han atraído hasta El Musel a navieras internacionales que nos conectan con más de 200 puertos de todo el mundo. Esta realidad supone un interesante punto de partida para incrementar en los próximos años nuestra oferta de servicios empresariales.

Además, se aportan soluciones logísticas en el Atlántico europeo. Nuestro compromiso con la Política Marítima Europea es especialmente visible. Así, en la última década hemos participado en 25 proyectos y programas europeos, liderando la participación del Sistema Portuario Español. Esa cooperación de la Autoridad Portuaria de Gijón en asuntos comunitarios le ha permitido participar en diversos foros relacionados con aspectos marítimos.

El Musel diseña una infraestructura al servicio del empresariado asturiano. Si Asturias -y muy especialmente, Gijón- ha estado siempre vinculada a la mar como forma de vida y de negocio, el nuevo Puerto va a seguir permitiendo que esta realidad histórica se potencie. Nuestra cercanía y crecimiento -tanto en superficie portuaria como industrial- ofrece al conjunto empresarial una oportunidad de aprovisionamiento de materiales y de salida de productos clave para su política de costes y de internacionalización de mercados.

El Puerto se potenciará como herramienta para la competitividad empresarial. Todas las inversiones realizadas, a las que ya se están sumando otras en el entorno portuario -regasificadora, plantas de ciclo combinado, ZALIA, nuevos accesos...-, se están abordando con el objetivo de lograr una infraestructura eficaz y competitiva, generando así riqueza y empleo en la región. Además, durante estos años, toda la Comunidad Portuaria deberá esforzarse en mantener una activa política de acercamiento y profundización en las necesidades de todos los sectores productivos del hinterland.

El Puerto de Gijón, por tanto, modela su papel de motor de la economía asturiana. Actualmente aportamos más del 10% del PIB regional, con más de 3.500 tarjetas de usuarios diarios de las instalaciones portuarias. En los próximos años, estas cifras, sin duda, crecerán. Nuestras proyecciones comerciales y de tráficos -avaladas por consultoras internacionales- muestran que participaremos activamente en el auge del tráfico marítimo de mercancías, que captarán los puertos que sepan dimensionarse y posicionarse adecuadamente. Y el Puerto de Gijón lo está haciendo, porque está estratégicamente comprometido con el futuro de Asturias.






En definitiva, a lo largo de su existencia, El Musel continúa demostrando que es generador de progreso, por lo que el Puerto de Gijón se presenta profesional, competitivo, comprometido, abierto, convirtiéndose en una herramienta empresarial estratégica y en un instrumento clave para el desarrollo de Asturias.

El Puerto de Gijón es el primer puerto granelero del sistema portuario español y mantiene un tráfico anual de 20 millones de toneladas, de los cuales 16 millones son descargados a través de la terminal de graneles sólidos EBHISA. Esta terminal, diseñada en el año 1.992, para descargar un máximo de 12 millones de toneladas, ha ido mejorando sus instalaciones de descarga y sus muelles para poder atender hasta 17 millones de toneladas al año.










martes, 24 de febrero de 2009

EDUARDO GONZÁLEZ MENÉNDEZ PREMIO SEVERO OCHOA AULA DE PAZ



EDUARDO GONZÁLEZ MENÉNDEZ

Doctor en Medicina, Cardiólogo y Neumólogo.

Premio Extraordinario de Ingreso en la Universidad de Santiago de Compostela.

Premio Extraordinario de la Licenciatura en Medicina, Universidad de Santiago de

Compostela.

Perteneciente al Cuerpo de Directores del Patronato Nacional Antituberculoso.

Director durante 15 años del Hospital "Monte Naranco" de Enfermedades del Tórax de

Oviedo.

Catedrático Contratado de Patología General y Propedéutica Clínica en la Universidad

de Oviedo.

Autor de más de 150 publicaciones y artículos sobre su especialidad en Revistas

españolas y extranjeras.

BECAS

Ampliación de estudios como becario del Gobierno Francés en los Hospitales de París.

Pensionado en los EE.UU. de Norteamérica (1960).

Visitante en los Hospitales de Bangkok, HongKong, Tokio, Kioto, San Francisco de

California, Los Angeles, Santa Bárbara y Centros Hospitalarios de Alemania Occidental

y Oriental.

PREMIOS

Condecorado con la Orden Civil de Sanidad (Encomienda con Placa).

Condecorado con la Orden de Cisneros.

Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Colegiado de Honor del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Asturias.

Colegiado de Honor del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de León.

Premio "Severo Ochoa" del “Aula de Paz Camín” de Mieres (Asturias).

RELACION CON SOCIEDADES CIENTIFICAS

Miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos.

Patrono de la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias.

Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Asturias.

Miembro numerario de la "Asociación Española de Médicos Escritores"

Miembro Fundador de la Sociedad Española de Cardiología.

Miembro Fundador de la Sociedad Española de Patología Respiratoria.

Miembro Fundador de la Sociedad de Historia de la Medicina.

Miembro de Honor de la Academia Médico-Quirúrgica de Asturias.







El doctor en Medicina Eduardo González Menéndez, prestigioso cardiólogo y neumólogo, también periodista en su juventud, nació en Gijón (Asturias) el 5 de agosto de 1922.


Tras acabar Bachillerato a los 14 años, inició la carrera médica, siendo premio extraordinario de ingreso en la Universidad de Santiago de Compostela. Licenciado como médico por esta universidad gallega también con premio extraordinario y 21 años de edad, fue número uno de alumnos internos de la Facultad de Medicina de esta ciudad, especializándose en cardiología y neumología.


Número uno en las oposiciones a directores del Patronato Nacional Antituberculoso, desempeñó puestos de responsabilidad en la dirección de la sanidad pública, entre ellos el de director del Hospital Nacional «Monte Naranco» de Enfermedades del Tórax (Oviedo) durante 15 años. Desde 1946 desarrolló su profesión en Oviedo, habiendo sido catedrático contratado de Patología General y Propedéutica Clinica en su Facultad de Medicina.


En su formación médica figura una estancia becada en Estados Unidos, con otros dos galenos españoles, en los años 60, conociendo el trabajo en más de diez hospitales de allí, experiencia que plasmó en el opúsculo titulado Lo que vi y lo que no vi, de gran interés aún por la denuncia que hizo de la injusticia, la frialdad y la dureza de la medicina estadounidense, en contraste con la europea. También tuvo beca de ampliación de estudios como becario del Gobierno francés en los hospitales de París, y fue visitante en los hospitales de Bangkok, Hong-Kong, Tokio, Kioto, San Francisco de California, Los Ángeles, Santa Bárbara y centros hospitalarios de Alemania Occidental y Oriental.


Miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), patrono de la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias, numerario de la Asociación Española de Médicos Escritores, miembro fundador de la Sociedad Española de Cardiología, miembro fundador de la Sociedad Española de Patología Respiratoria, miembro fundador de la Sociedad de Historia de la Medicina, miembro de honor de la Academia Médico-Quirúrgica de Asturias, presidente del Colegio de Médicos de Asturias entre 1963 y 1976 y presidente de la Real Academia de Medicina de Asturias y León durante unos 25 años, el doctor González Menéndez ha publicado numerosos trabajos médicos y también literarios (artículos, la novela costumbrista De Santiago se sale llorando..., entre otros).


Durante su juventud tuvo oportunidad de ejercer su otra gran vocación, el periodismo. Su primer artículo fue publicado en el diario local de Gijón a los 11 años; luego llegaría a ser corresponsal de La Vanguardia y redactor de plantilla en El Correo Gallego. Sin embargo, llegó un momento en que tuvo que decidir y optó por dedicarse plenamente a la medicina.


González Menéndez ha recibido un buen número de distinciones: la Cruz de la Orden de Cisneros, la Medalla de Oro de la Organización Médica Colegial, la Encomienda con Placa de la Orden de Civil de Sanidad, el nombramiento como Caballero de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, Colegiado de Honor del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Asturias, Colegiado del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de León, premio Severo Ochoa del Aula de Paz “Camín de Mieres” (Asturias), premio del diario La Voz de Asturias a la Trayectoria Profesional y Personal (2006)... El Ayuntamiento de Oviedo dio su nombre a una calle de la ciudad, en la que había fijado su residencia, siendo inaugurada por él el 3 de junio de 1999.


Casado con la gallega Cuca Fernández Vilas, a la que había conocido durante sus años de estudiante en Santiago de Compostela, el matrimonio tuvo 11 hijos: Mora, Boró, Eduardo, Ignacio, Fátima, Begoña, Javier, Lala, Carlos, Jaime y Fernando González Fernández.


Este gran médico humanista asturiano falleció el 14 de octubre de 2007, a los 85 años de edad, en Santiago de Compostela, adonde se había desplazado para pasar unos días de descanso.


Un aneurisma cerebral pudo con la contagiosa vitalidad del médico gijonés Eduardo González Menéndez, presidente de honor de la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias, que falleció ayer, a los 84 años de edad, cuando se encontraba en la localidad de Portosín, en Galicia, disfrutando de unos días de descanso con una de sus hijas. La muerte le sobrevino de forma repentina y pese a que fue trasladado al Hospital Universitario de Santiago de Compostela, el mismo que seis décadas atrás le había acogido como estudiante de Medicina, los esfuerzos médicos resultaron infructuosos.



Eduardo González Menéndez era toda una institución médica en Asturias. No en vano goza de una calle en Oviedo -en la zona de El Cristo, junto al Hospital Central- y es uno de los pocos facultativos del Principado que ostenta la Orden Civil de Sanidad. Miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) y de la Fundación Foro Jovellanos, de Gijón, dirigió durante más de 14 años, en la década de los setenta, el Colegio de Médicos de Asturias. Otra de sus facetas más conocidas fue la de presidente de la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias, cargo que dejó por problemas de salud en noviembre de 2006 tras 27 años de intensa labor.



Quienes le conocen aseguran que era habitual verlo «con cara de preocupación cuando un diagnóstico se le resistía» o cuando «veía que uno de sus enfermos no tenía buena cara». Eduardo González «vivía sus pacientes», recuerda su sucesor en la Academia y amigo personal Manuel Álvarez-Uría. Pese a residir en Oviedo, al doctor González Menéndez le gustaba ejercer de 'playu'. «Solía decirnos: ¿cuidadín conmigo que soy de Gijón!», apuntan sus antiguos colegas.







Don Eduardo González Menéndez, es ya una de las páginas más gloriosas de la medicina asturiana. Su larga andadura constituye la más viva expresión del ciudadano que dedicó su existencia a proyectarse en los demás, en el cumplimiento del trabajo, en el cuidado de su familia, en la atención a los enfermos, en el más esmerado trato con los compañeros y en la desvelada preocupación porque instituciones tan nobles como el Colegio de Médicos y la Real Academia de Medicina, mantuvieran a lo largo de muchos años, el prestigio y el respeto que merecen.


La dilatada e intensa vida profesional de don Eduardo González Menéndez estuvo llena de acontecimientos biográficos, méritos académicos, docencia universitaria, trabajos publicados en revistas nacionales e internacionales, nombramientos y reconocimientos oficiales a su labor profesional y social. Un currículum inabarcable, extensa compilación testifical de lo que constituyeron sus trabajos y los reconocimientos cívicos que ha tenido.


La historia de don Eduardo fue rica, enormemente expresiva y armónica en el fluir de cada una de sus etapas. Todavía en la infancia creyó sentir la vocación por la medicina, prematura experiencia que él mismo constató en sus memorias o con ocasión de alguna entrevista. Estudió el bachillerato en el Instituto Jovellanos de Gijón, y al llegar a la edad de los estudios universitarios, su padre decidió el traslado de toda la familia a Santiago de Compostela. El ambiente compostelano se caracterizaba entonces por la riqueza cultural, y en él encontró el joven Eduardo un gran estímulo, que pronto hubo de manifestarse en las magníficas calificaciones universitarias, así como en su participación constante en los movimientos culturales y en la prensa diaria.


Sus artículos de opinión en la prensa, un libro suyo publicado por aquellas fechas en Buenos Aires, hicieron de su persona un reconocido periodista, todo ello como complemento de su trabajo diario en la facultad, en el Servicio de Patología Médica de don Pedro Pena, uno de los discípulos predilectos del gran maestro Roberto Novoa Santos.


Si su labor como médico fue importante, la dimensión humana de su personalidad fue excepcional.


Tuve la oportunidad y la fortuna de poder colaborar en la Junta Directiva del Colegio de Médicos de la que don Eduardo fue presidente durante trece años. Nos mostró a todos su capacidad dialogante, su generosidad, su hombría de bien. Sabía siempre encontrar la solución justa en los momentos cruciales y difíciles. Una palabra suya, una mirada, una sonrisa, eran más que suficientes para desvanecer tensiones y malentendidos.


Compartir su tiempo constituía siempre una experiencia aleccionadora: con él iba la sabiduría médica, las anécdotas imborrables, su original visión de los personajes que él conoció cercanamente se traducían en un relato que suponía una puerta abierta a la historia reciente.


Hace un año me permitió escribir un breve prólogo en su libro Testigo de mi tiempo . En dicho escrito quise dejar patente mi admiración hacia su persona, en todos los ámbitos, como maestro, como compañero, como escritor, como ciudadano.


Don Eduardo González Menéndez, patriarca que hizo posible el Colegio de Médicos de Asturias, que mantuvo la Real Academia de Medicina de Asturias y León contra viento y marea. Patriarca rodeado de sus hijos, larga y unida familia; esposo, padre, abuelo, médico y señor; orador de palabra sonora y entusiasta, periodista brillante, escritor culto y romántico.


Don Eduardo poseía la sabiduría del hombre estudioso que siempre fue, y la experiencia de los años. Su mayor riqueza eran sus hijos y sus nietos, y tenía esta gran familia que somos los médicos que tanto le queríamos, y además el respeto y la admiración de la sociedad entera. En sus ratos, en los que la ausencia de sus seres queridos le invadía el corazón, se postraba de rodillas y rezaba. Quizá fue éste el nudo que sujetó el campo de fuerzas de su vida. Porque vocación y fe han sido dos soportes constantes a lo largo de sus años.


Este hombre, un médico ilustre, cuya sabiduría trascendía las enseñanzas de los libros, había llegado a ese estado en el que la experiencia queda reflejada en aquellas bellas estrofas del siglo XVI, con las que concluye la epístola moral a Fabio: Ya, dulce amigo, huyo y me retiro / de cuanto simple amé; rompí los lazos. / Ven y verás el alto fin que aspiro / antes que el tiempo muera en nuestros brazos .

lunes, 23 de febrero de 2009

Víctor Norberto Cerasale, estimado amigo:

A diario al salir cuando la clase calla, escucho su reloj hecho en el tiempo y en la pared que aun late hasta decirme: ¡mañana nos vemos!. Y desde hoy añadiré su alma docente que me agradó y pienso nunca defraudar…




Lapidación contenida

Hay imágenes que valen más que las palabras y estas por más vueltas que les demos vienen a confirmarlo. Lo inquietante del hecho es que provienen de la tierra de naranjos y olivos, donde el olvido por vivir arremete a diario las conciencias como corchos de agua. Piedras que han aprendido a mirar para atrás obviando que si no se enmiendan, hechas cunas de hambre algún día nos brotarán.




EL MUMI DISTINTIVO VITAL ALVAREZ BUYLLA DEL AULA DE PAZ CAMIN DE MIERES

El Museo de la Minería y la Industria de El Entrego (Mumi) sigue en expansión, como año desde su apertura en 1994. Así desde los 60.000 visitantes de aquel primer ejercicio se llegó a la venta de 105.261 entradas en 2007, doce meses cerrados con un crecimiento del 4,1%. Los responsables del centro esperan mejorar ese resultado en 2008 gracias al de una nueva exposición pedagógica programada para el verano y, sobre todo, con la finalización de las obras de ampliación hasta el pozo San Vicente, donde empezará a funcionar la zona de exhibición dedicada a la historia del movimiento obrero. «Esperamos la recepción de las obras en setiembre», aseguró ayer el director, Santiago González Romero.







Además, a partir de julio, y con la mente puesta en la programación de las visitas del curso escolar 2008-2009, se espera abrir la nueva exposición permanente con una colección científico-técnica cedida por la Universidad de Oviedo. Está compuesta por más de un centenar de instrumentos de comienzos del siglo XX. En estos momentos se están ultimando los últimos trabajos de carpintería en el primer piso que permitirán la reorganización integral de los contenidos pedagógicos del museo.






Respecto a las obras de los espacios expositivos, ya ha concluído la construcción del túnel que comunica las actuales instalaciones con el futuro museo del movimiento obrero del pozo San Vicente. Los últimos trabajos se centran ahora en la instalación de las vías férreas que recorrerá el tren minero y del ascensor que trasladará a los visitantes hasta el subsuelo desde la plaza principal del pozo San Vicente. El proyecto de ampliación del Mumi fue presupuestado en 1,5 millones de euros procedentes del Plan Complementarios de la Minería.

El director del Mumi admite que la obra de conexión ha sufrido «muchos retrasos», una circunstancia que achacó a la dificultad de encajar la galería subterránea en una zona ya muy ocupada. «Pasa por debajo de las vías del tren, de colectores y lineas de alta tensión», indica. «Dio muchos problemas por todas las interferencias, pero ahora ya está instalándose un ascensor-jaula que permite salvar los diez metros de diferencia con la plaza principal del pozo San Vicente».






Recursos propios

El patronato, reunido ayer, aprobó los presupuestos de este año. Las previsiones cifran en algo más de 910.000 euros los ingresos del museo. El 45% procederá de vías propias de financiación conseguidas a través de las entradas y la explotación mercantil. El resto se obtiene gracias a aportaciones de los fondos mineros y entregas de la Unión Española de Explosivos y Cajastur.

Algo que se ha echado en falta en los planes de futuro del Mumi es la integración pendiente del inmueble del centro ambiental ubicado a escasos metros del museo. Un uso que, según los máximos responsables del patronato, queda supeditado a la marcha del Mumi. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, que continúa considerando válido el acuerdo de cesión del edificio del Centro de Estudios Medioambientales del Principado de Asturias (CEMPA) al Mumi, se confía que el inmueble pueda integrarse dentro de la oferta expositiva del museo para de esta forma dotar de contenidos a un edificio que lleva cerrado desde que concluyó su construcción, en 1996.

En ese recinto está prevista la instalación de un archivo y una biblioteca especializados en temas industriales y mineros, además de un espacio para exposiciones sobre mineralogía y paleontología, que ahora se organizan siempre en un espacio propio en el edificio principal del museo.





Presupuesto 2008: 914.000 euros, de los que cerca de 400.000 responden a ingresos propios y el resto al capítulo de subvenciones.

Visitantes 2007: un incremento del 4,1%. Contabilizó 105.261 visitantes, de los que el 22% son asturianos y el 76% de otras regiones españolas.

Previsiones de visitas en 2009: se espera continuar creciendo y alcanzar las 108.000 visitas

Novedades: colección científica de la Universidad de Oviedo y el museo obrero del pozo de San Vicente

Pendiente: integración del Cempa como archivo-biblioteca



















domingo, 22 de febrero de 2009

COVADONGA Y SU ENTORNO PAISAJISTO AULA DE PAZ DEL PATRIMONIO UNIVERSAL



El 22 de julio de 1918, con motivo del 12º centenario de la batalla de Covadonga, se crea el Parque nacional de la Montaña de Covadonga, primer Parque nacional de España, que con su ampliación al resto de los Picos de Europa en 1995 pasaría a llamarse Parque nacional de los Picos de Europa.

En esta área se encuentra el Macizo Occidental de los Picos de Europa, el macizo más extenso, siendo Peña Santa con 2.596 metros la mayor altitud. En este macizo se sitúan los lagos de Covadonga, nombre que se le da al conjunto del lago Enol y el lago Ercina.




Conjunto Monumental

La Santa Cueva.

Posee el conjunto monumental más visitado de Asturias. Es un santuario dedicado a la Virgen de Covadonga (La Santina), conmemorativo de la Batalla de Covadonga.

Santa Cueva de Covadonga [editar]

Artículo principal: Santa Cueva de Covadonga

Destaca la Santa Cueva donde se encuentra la Capilla Sagrario con imagen de la Virgen de Covadonga y la tumba de Don Pelayo. Según la tradición, en este lugar se habrían refugiado don Pelayo y sus hombres durante la Batalla de Covadonga.

Basílica de Santa María la Real de Covadonga [editar]

Artículo principal: Basílica de Santa María la Real de Covadonga

Junto a la anterior se encuentra la Basílica de Santa María la Real de Covadonga. Ideada por Roberto Frassinelli y levantada entre 1877 y 1901 por el arquitecto Federico Aparici, de estilo neorrománico construida íntegramente en piedra caliza rosa.








Además, en la explanada de la Basílica se encuentran:

* La casa capitular

* La estatua de bronce de don Pelayo de 1964, del escultor Eduardo Zaragoza.

* «La Campanona», campana de tres metros de altura y 4.000 kilos de peso construida en 1900 en La Felguera cuyo escultor fue el italiano Sortini, donada por el conde Sizzo-Norice ey Luis Gómez Herrero. Ganadora del primer premio de la Expo de París.

* Y el obelisco con la replica de la Cruz de la Victoria de 1857, levantado por los duques de Montpensier en el lugar llamado «El Repelao», donde la tradición dice que don Pelayo fue coronado rey.





Reyes enterrados en Covadonga

En la Santa Cueva se hallan los sepulcros de los reyes de Asturias:

* Don Pelayo

* Alfonso I, el Católico.